martes, 3 de mayo de 2011

Natillas

  Llevo unos días desconectada y es que la semana pasada pasé tres días fuera por trabajo, y al llegar a casa me encuentro a dos de tres malitos con vómitos y sin ganas de comer nada. Ha sido bastante caótico, sin tiempo para nada, ni siquiera para la tarta que quería hacerle a mi madre para el día de las madres (en otra ocasión será) y lo único que querían por aquí eran natillas, así que natillas para los enfermitos. 


  La receta es una mezcla de la de mi madre y algún libro de repostería, revisé varios y todas eran semejantes. 
Ingredientes
  • 6 yemas de huevo.
  • 200 ml de nata.
  • 500 ml de leche.
  • 9 cucharadas de azúcar.
  • 6 cucharaditas rasas de maicena.



 La verdad es que la receta es más sencilla, simplemente por cada yema de huevo entre medio y un vaso de leche (depende de lo espesas que se quieran) y entre una cucharada y dos de azúcar (depende de lo dulces que se quieran). La maicena no es necesaria, pero ayuda a que no se corten si acaso llega a hervir. Lo de la nata es porque no tengo leche entera en casa, para compensar.


  Las instrucciones también sencillas, mezclar las yemas con el azúcar y la maicena. Mientras se puede hervir la leche con vainilla o la corteza de un limón y un tronco de canela, pero yo la puse tal cual.





  Se añade la leche y se pone en una cazuela a fuego flojo, dando vueltas sin parar y siempre en el mismo sentido. 




 Lo de darle  vueltas sin parar es un poco aburrido, pero estrictamente imprescindible por dos motivos, primero porque si llega a hervir tiene muchas probabilidades de cortarse (se queda como arenosa, buena de sabor pero la textura más desagradable) y además empieza a espesar casi sin darnos cuenta, y entonces hay que agitar con más energía para que no queden grumos (que no es lo mismo que cuando se corta). 




 A mi me gusta usar una cazuela muy grande porque cuando empieza a espesar hay que dar vueltas con más energía y así no salpico tanto. Un truco para que no se corte es que muy a menudo se forma una ligera capa blanca en la superficie, como una espumita. Cuando desaparezca es que ya están. Hay que recordar que cuando se enfríen espesaran.


 Se puede presentar en una única fuente, o en cuencos individuales. 




  Y como a mucha gente, a mi me encantan con una galleta por encima.




 También se puede aprovechar las claras para hacer un merengue y ponerle una montañita en cada galleta. 

3 comentarios:

  1. Que ricas y que buenos recuerdos me traen.Esperon que esten mejor los enfermitos.
    Y tranquila yo tambien llevo tiempo sin publicar.
    Besos,Mily.

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  2. ¡Gracias! Ya pasamos la mala racha y estamos disfrutando de la feria!

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  3. Me encantan las natillas caseras con la galleta, qué ricaaaaas! Espero que todos estén mejor y acuérdate de enviarme un vasito para acá ;)

    Besitooos

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