Arroz con Leche

  Hoy traigo un postre tradicional de los de toda la vida (al menos de toda mi vida) para descansar un poco de las ultimas tartas.

  El arroz con leche es uno de mis postres favoritos, mi madre me enseñó una receta muy sencilla cuando era niña y recuerdo con mucho cariño los cacerolones que hacía para mi abuelo, que le encantaba. 
  En casa hay disparidad de criterios sobre la presentación, a mi padre siempre le ha gustado con una costra de caramelo por encima y a mi madre con un poco de canela en polvo, así que yo opto por raciones separadas y que cada cual se sirva de la que prefiera.

Ingredientes:

• Para cada litro de leche.
• 100 gr. de azúcar.
• 100 gr. de arroz. 
• La corteza de un limón
• Canela en rama.

Yo he doblado las cantidades

 Para que la corteza de limón no amargue el postre hay que cortarla muy fina, intentando que no quede nada de la parte blanca. Para eso, lo mejor es cortarla con un pelador de patatas como el de la foto.

  Otra cosa de los ingredientes es que queda mejor con leche entera, y aunque en casa compramos 3 tipos de leche distintos, ninguna es entera. Se puede corregir sustituyendo parte de la leche por nata pero tampoco es imprescindible.

  Sé que hay versiones más complicadas de la receta, que cuecen primero el arroz y luego se añade la leche, también he leído recientemente que hay quien lo prepara con la panificadora (esto tengo que probarlo algún día), pero la receta de mi madre es muy sencilla, simplemente se ponen todos los ingredientes en una cazuela y se pone al fuego.

 Cuando empiece a hervir se baja el fuego para que la cocción sea muy suave. 

 Tengo que advertir que tiende a pegarse, así que es mejor remover de vez en cuando. Tarda unos 40 minutos, hasta que el arroz está tierno y la leche tiene un aspecto más cremoso.

 Es muy importante buscar y rebuscar por toda la cazuela para quitar los trocitos de cáscara de limón, porque si se nos olvida alguno amargará todo el arroz con leche.

  Se puede presentar en cuencos individuales o en una fuente. 

 Hay que dejarlo enfriar para que se forme una ligera costra en la parte superior.

 Entonces ya se puede terminar la presentación. Se puede poner un poco de canela en polvo espolvoreada por encima o caramelizar un poco de azúcar. Para eso se pone el azúcar por encima y se quema con una plancha o con un soplete.

  Esta vez he puesto azúcar glas, pero no he notado diferencia con las otras veces que ponía azúcar normal. Se quema con cuidado hasta que se caramelice.

 A mi me gusta bien frío, pero alguna vez me lo han servido tibio y también estaba muy bueno.